Vuelo místico

La santidad en rosa

Las páginas aparecieron abiertas, como por casualidad, sobre la mesilla de noche. En una de las láminas se podía ver la ilustración sobre la vida de una santa. Los colores del cuadro eran de un tono pastel como los que sirven en la fiestas de cumpleaños de los niños rubios y de pelo lacio.

La sabiduría de la cruz

Su alma era una bella rosa coronada con una gran cruz de espinas. En su infancia, la rosa renegaba de su corona y quería dársela al primero con el que se cruzase. No comprendía que su corona la haría reina en el camino de la vida. Por eso la trataba de dejar abandonada o se la intentaba dar a alguno de los menesterosos que vivían en el banco del parque. Su cruz la perseguía como un perro fiel. Hasta los más pobres rechazaban su regalo, pues consideraban que estaba envenenado.

La reina de los desheredados

En el árido desierto de la vida brotó una rosa. Una corona de espinas la distinguía del resto. La rosa fue creciendo y las espinas de su cabeza fueron haciéndose más robustas y más sanguinolentas. Sobre la frente de la bella caía la sangre del sufrimiento de su existencia. Las lágrimas de sus ojos multiplicaban por ciento sus retinas y la rosa veía y veía cada vez más. La bella sufría y descubría un mundo que latía con el pulso de la injusticia.