Mi papá
Aquella mañana me levanté tarde. Serían las nueve. Sobre mi cama había varios vestidos. Elegí el negro de forma indistinta, pero a la vez mi inconsciente me decía que había un extraño porqué. Salí de casa y por el camino me encontré con mi vecina Rosi. Iba con un gorro de colores y una enorme falda hippy. Cargaba con muchas bolsas de la compra. Empezamos a hablar, como era habitual, del tiempo. Aquella mañana había amanecido despejada. Un inusual sol nos regalaba todas sus luces. En ese momento sonó el móvil. Era mi hermano, que estaba en una reunión en Madrid.