Síndrome Regenta
Hace tiempo que estoy enferma, muy enferma. El dedo gordo de mi pie habla con el del otro. Los veo desde mi posición, tumbada en la camilla, en el centro de la Unidad de Cuidados Intensivos. La pequeña ciudad de provincias es la habitación de una UCI, con sus farolas, con sus árboles, con sus tiestos. El Sindrome Regenta comenzó a invadir mi organismo desde que tengo uso de razón; ¿a los dos años? ¿O quizá a los tres? La ciudad dormía la siesta y mi cerebro empezaba a ser consciente de mi cerebro.